Otra de las cosas raras es la referencia al famoso "sueño americano" (american dream), que es algo así como el envidiable estilo de vida de la clase media norteamericana, hoy perturbado por el problema inmobiliario y el crack financiero.
Para el mojado eso del sueño americano es pura jalada, pues sólo viene por unos dólares y se regresa pa' su rancho, algunas veces para no volver.
País donde pagas tus impuestos y te dan algunas cantidades de reembolso y los recursos públicos se manejan con cierta transparencia.
El presidente norteamericano juramenta su poder poniendo la mano derecha arriba y la izquierda sobre la Biblia. No es asunto propiamente de religión pero sí de protocolo.
Acá no hay limosneros o pordioseros sino más bien gente atenida y güevona, a la que no se le ignora pues hasta el drogadicto muerto de hambre tiene su taco seguro en las misiones de ayuda humanitaria, esto aunque se crea que este país es de corazón duro.
Rareza también el hecho de que puedes comprar tu periódico en unas maquinitas en donde depositas tus monedas y sólo tomas un ejemplar, sin transearte los demás.
Rareza también las excentricidades que uno ve en la piel y el cuero cabelludo de la gente. En la inusitada variedad de prendas de vestir y calzado. O las gasolineras donde tú mismo te sirves el fluido energético, previo pago en ventanilla.
País de cosas raras, una desmedida libertad pero la inclemente aplicación de la pena de muerte.
Estados Unidos, un mundo raro para el mojado, un mundo que sabe más de dólares y cosas materiales que de compasión y amor hacia el hermano.
Los que visitan este país bien pueden cantar, de regreso a su tierra, como José Alfredo Jiménez:
“Les diré que llegué de un mundo raro, que no sé del dolor, que triunfé en el amor y que nunca he llorado…” (Aunque los mojados no precisamente puedan confirmar los últimos renglones).
Y por cierto que en este mundo de rubiecitos más que raro es un fenómeno haber tanto mojado najayote, de cachucha, tenis y mochila mugrosona. Como intrépidos globos aerostáticos hechizos volando insensatos en el brillante cielo del sueño americano.
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Cuán cierto es eso de "un mundo que sabe más de dólares y cosas materiales que de compasión y amor hacia el hermano".
ResponderEliminarSe queda corto...
Feliz 2010