Vivir en los Estados Unidos es un rollazo, incluso para los que ya gozan de los beneficios y ventajas de la legalidad.
La historia de este país es muy diversa y de tan diversa muy extraña, rara, única.
Nación fundada sobre tantas naciones primitivas, autóctonas, por gente rubicunda y de ojos azules venida de ultramar, de cuya epopeya no se recuerdan imágenes sangrientas, a pesar de tantas guerras (y de que sí episodios muy sanguinarios). Será porque la mayoría de las víctimas eran pobres y nativas de estas tierras.
Se alcanzan a entrever entre la lista de héroes nacionales a los legendarios generales, cuyos nombres quedaron muy bien grabados en los múltiples relatos del viejo oeste, o en la figura de los "grandes fundadores" de la patria, Washington, Jefferson, y larga lista de estadistas desde Lincoln hasta Bush, incluyendo al morenito hawaiano-keniano-americano don Barak Husseim Obama.
Este pueblo conoce su pasado más por mitos y tradiciones que por sucesos y gestas gloriosas.
Su bandera, de cincuenta estrellas y trece barras, simboliza simplemente la división político-territorial de incipiente colonia inglesa al país imperialista de hoy en día.
Estando por acá, me di cuenta que en la memoria ciudadana no se recuerdan lemas ni consignas políticas, mucho menos frases célebres o héroes suicidándose en nombre de los sacrosantos poderes del estado.
Por ejemplo, tenemos el caso del famoso tío Sam, de quien la gente se expresa a diario para referirse al gobierno, sin que se sepa a ciencia cierta el origen de ese legendario personaje.
Me di a la tarea de indagar acerca del tío Sam, ese viejito sombrerudo de pelo largo y barbas blancas, y encontré varias versiones:
En 1812, en plena guerra con grupos pro-ingleses, en una de las guarniciones, los soldados acuartelados recibieron las últimas provisiones de carne, mirando que en todas las cajas aparecía en las matrículas de registro, las iniciales U.S. (United States), y por broma, empezaron a decir que eran un envío del "Tío Sam", U.S. "Uncle Sam", refiriéndose a Samuel Wilson, uno de los proveedores más importantes del ejército norteamericano.
Se cuenta también de dos proveedores de artículos y alimentos del ejército; Ernest Ardler y del mencionado Samuel Wilson. Ernest gustaba de gastar algunas bromas con la gente de tropa y oficiales, así que a las cajas que contenían los avituallamientos, teniendo las iniciales U.S. les encimó con letras muy grandes la denominación Uncle Sam.
Al paso del tiempo se volvió imagen familiar mundialmente conocida.
Para mí el tío Sam es un tipo barbas blancas de chivo, melenudo, con bombín cuajado de barras y estrellas, moño, chaqueta, pero por sobre todo un viejo duro, agarradón, gandalla, que sólo ve la ganancia y si hace algo bueno es porque llevará tajada en la maniobra.
Y si bien viste de payaso, no suele ser divertido. Es un clown de los que asustan a los niños y no tan niños.
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Hola
ResponderEliminarGracias por visitarme, los he linkeado a ti y a Blanca, Todo lo mejor este año que viene para ustedes, que haya amor, tranquilidad, estabilidad en sus vidas.
Saludos desde mi camino.
BIENVENIDA LUZ, MIS MEJORES DESEOS E QUE TENGA DICHA EN ESTE AÑO 2010, Y TODOS LOS QUE SIGUEN.NOS LEEMOS.
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