Nomás pienso y pienso.
Lo que vive el mojado desde que cruza la frontera, y nuestro proceso de adaptación al sistema de vida americano, son hechos nada insignificantes. Los fracasos y sinsabores son convertidos en victorias y satisfacciones internas. Crecemos lento pero seguro.
Muchos dicen: “Yo ni loco me iría pa'l otro lado, aquí también está el norte”. Y nos miran como especímenes raros, sin saber que somos quienes alimentan la economía y moral de nuestras familias y de la nación. Nuestras remesas superan lo que gana Slim.
Como dijera Fox, los mojados son héroes nacionales.
Acá habemos de todo, gente de distintas profesiones o que viene de alejadas serranías, sin más preparación que sus rudimentarios saberes, mañas y habilidades, o bien labriegos y cargadores.
El amigo con quien comparto mi apartamento, es hijo de un señorón dueño de un edificio y un restaurante en nuestro país. La familia tuvo que emigrar, por equis circunstancias.
Es larga la lista de gentes con mediana o gran solvencia que han venido a este país, para
empezar de nuevo desde abajo.
Con suerte y hasta nos legalizan. Se especula, por cierto, que, de aplicarse la reforma migratoria, cualquier prospecto a la ciudadanía tendría que esperar varios años de tortuosa burocratización y pagar no menos de 10 o 12 mil dólares, por multas, impuestos, gastos de tramitación, etc. El tío Sam no da brinco sin huarache. (El tío Gringorín con huaraches... ja ja).
Aquí se nos necesita. Pero con las dificultades, cada vez peores para pasar, en el futuro el trabajo de talacha, aquel que dijo Chente, el botudo malhablado que ni los negros quieren hacer, lo tendrán que agarrar los chavos hijos de inmigrantes, los nacidos aquí.
Para ayudar a que el futuro del mojado mejore hará falta toda la santería.
Para cruzar no nada más se puede recurrir a la Sombra de Señor San Pedro. Para los que cruzan a pie por el desierto está san Toribio Romo, que se aparece en medio del camino y te cuida de las culebras y los asesinos. Para problemas difíciles hay que ir con Juan Soldado, polémico milagrero de la región. (Comenta nuestro amigo Bolívar Oramas, estudioso del húmedo tema del mojado).
Todos los santos están de nuestra parte para que Obama por fin lleve a cabo la reforma migratoria. Que San Martín de Porres lo inspire. No estaría mal una manifestación de santos a nuestro favor en pleno centro de Los Angeles. (San Judas Tadeo gritando: ¡Sí se puede, sí se puede!)
—Bueno, qué, mi profe, écheme la mano con el tambo de la basura… —me saca de mis cavilaciones el Chómpiras.
—No, mi Chómpiras, perdona pero hoy tendrás que hacerlo tú solo, el patrón me encomendó que le lleve unos papeles a la señorita Paris Hilton.
—¿Qué? ¿a la heredera de la cadena de hoteles?
—Esa mera— le respondo y me voy muy orondo y satisfecho. (A ver si no va y se raja)
martes, 10 de noviembre de 2009
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