sábado, 26 de diciembre de 2009

GASPAR Y EL FANTASMA DE NAVIDADES PASADAS

Nostálgico en la Angelópolis, recuerdo que la mejor de mis navidades fue la de 1972.
La vieja construcción marcada con el número 318 de la calle Miñón oriente estaba adornada con farolillos, caireles de papel aluminio y cordeles multicolores adornando los trespeleques y emplagados árboles de la pequeña vecindad del “chueco” Angel.
La noche del 24 cada familia festejaba por separado pero a la vez en común. La del 1, Mery la mitotera, había preparado buñuelos, mi mamita una ollota de pozole con cachetes de puerco, y tepache, en tanto que los del rincón, los del cuarto número 3, tenían tamales y aguardiente traído de Guaynamota, por los familiares de Fermín, el corita, un maestro indígena que seguido llenaba su casa de parientes y amigos.
El cora Fermín y sus primos le entraban duro al guateque aporreando un par de guitarras e interpretando tanto canciones viejitas como de moda...Y quiedo ve tus ojjjos quiedo velos yaaaa... cantaba en un español muy martajado la tribu de coritas, recién llegados a la ciudad capital. Nosotros oíamos con picardía sus acentuadas pronunciaciones y arremedábamos cada una de sus autóctonas exclamaciones, despertando la ira de doña Carmelita, la vieja neuras, suegra del tal Fermín, quien decía, cuando de plano le colmábamos el plato: Bola de muchachos mensos, en balde la “istrucion” que les dan en la escuela...
Los chicos del barrio ya habíamos parado de jugar y, sin lavarnos las manos, le entramos duro al bufette navideño. Ya por la madrugada, mi padre, muy entonado, fue jaloneado por mi jefa y nos metimos a nuestra vivienda.
No sé qué pasó entonces, pero en sueños vi la llegada no sólo de Santo Clos sino del Niño Dios y muchísimas personajes más, pasando por renos, monos de nieve y hasta Grinchs.
Ya por la mañana, brincamos alborotados al ver tamborcitos y cornetas de plástico, una pistola de triquis y una monota de ojos azules. Lo mismo del año pasado, pero algo es algo. Y en eso el sonido de un claxon nos hizo pegar de brincos y salimos corriendo con alegre premonición. Siii... mi tío Chema, el de Colima, había llegado.
Bajándose de aquel estorboso pero muy envidiado LTD, mi tío y dos de mis primos se acercaron a la casa. Cargaban unas cajas llenas de ropa y juguetes. Qué alegría, Para unos niños pobres el mejor de los regalos, un juguete en Navidad.
Todos en la casa estábamos felices, además, porque teníamos un nuevo hermanito, el Gera, el famoso Nanito, apenas de mes y medio de nacido. Era tan, pero tan bonito y graciosito el nene que las vecinas lo chuleaban, diciéndole a mi jefecita; Doña Rosa, había de prestarlo a la capilla de San Antonio, para vestirlo de Niñito Jesús. Mi mamita se regodeaba con tantos elogios y cariñitos para la criatura.
El caso es que estábamos muy contentos. Una familia muy pobre

EL PASTEL DE JUANA Y SU FELIZ NAVIDAD

Esta Nochebuena nos la hizo buena Juana, pero no aquella Juana, la de no te dilates con la canasta de los cacahuates, aunque esta sí se dilató, y bien.
Estuvimos con la familia Tortajada, (sin despegar las sílabas porque entonces es: telera maltratada) de origen tapatío, ya legalizados en los Yunaites, pero conservando sus tradiciones mexicanas y su afecto por los mojados.
Estábamos impacientes —la familia y nosotros los gorriones— desde la abuelita cabeceadora (ideal para delantera del TRI) hasta el nenuco en la cuna.
Y es que esperábamos el pastel de tres leches, que había quedado de traer Juana, apartado desde una semana antes. Juana es la hija menor de los Torta Manoseada, una chula morena que su sólo paso pone en posición de firmes a los transeúntes y hace redoblar la marcha incluso a los paralíticos.
Dijo que nomás se daba una vuelta por una fiestecita (posada) a la que la habían invitado y pasaba por el encargo, que por cierto, se trataba en verdad de un enorme pastel, capaz de dar batería a todo el pelotón de tragones, era una versión en pastelería del gigantesco pavo de mister Scrooge —dicho sea para darnos una idea— de las más afamadas tiendas dedicadas al ramo aquí en Los Angeles.
Esperábamos pues, a la mesa, un tanto apolillada ya, pues el comején sabe apreciar las buenas tablas. Algunos tamborileaban con los dedos, otros, con los codos apoyados en el vejestorio mueble y la piocha sobre la palma de la mano, se mecían indolentes, el nene chupeteaba el biberón más pachiche ya que su apellido. Y Juana que no llegaba.
Ya todos los del barrio habíamos quebrado las piñatas, esquivando los tejocotazos, se había degustado el ponche, y los dulces pasaban a mejor vida. (Por cierto, recuerdo que en mi niñez había los barrilitos de caramelo macizo que dejaban el paladar adolorido pero dulcificado). El pozole hacía rato que saludaba a sus tocayos los dientes, maizote con maizote. Habíamos cenado, pues, y nuestro gaznate ya estaba cansado, además, de villancicos, canciones adoloridas, música pop, rolas de rompe y rasga, y hasta habíamos karaokeado a Kapaz de la Sierra…
El caso es que, para decirlo rápido, Juana jamás llegó. Vino resultando que se fugó con su novio el pelagartón Maurilio. (En verdad le dieron posada). Y quien sabe en qué nido de amor miraron desde la ventana los cohetones y las luces y todos los brillos de la Navidad. Se habían dado la mejor de las navidades, haciendo efectivo el apelativo.
Y nosotros nos quedamos mirándonos los unos a los otros, con la cuchara en la mano, derritiéndose de soledad.
Y Juana riéndose de todos los gorrones del mundo, decidida a formar una nueva familia, para engrosar la raza latina en los Yunaites. Estos dos tórtolos se comieron el pastel. Y no invitaron. ¡Qué leche!
Y ahora más de algún pelado murmura el sonsonete navideño: “Orale, Juana, no te dilates, ni que el Maurilio te coma el pastel…”

LA NAVIDAD DEL MOJADO

La blanca Navidad se vive modestamente en los barrios latinos, donde la cena de Nochebuena suele ser la típica ollota de pozole y unas enchiladas de pollo, acompañadas de ponche, tequila o cerveza.
Las familias y amistades se reúnen para festejar a veces toda la noche, hasta amanecerse, echando gorgoritos con sendas guitarras o convirtiendo los garages en auténticos salones de karaoke, con música de José Alfredo, Juan Gabriel y Vicente Fernández.
Ay, un año más sin ti… se escucha la temblorosa y desafinada garganta de Oscarín, que en su primer posada, se acuerda de Mariquita, la novia que se quedó en su natal Tlacolula, Oaxaca, vestida y alborotada.
Y acaba de una vez de un sólo golpe… se oye a doña Cande, sacando una voz más lastimera que Paquita la del Barrio… Si va a llegar el día en que me abandones... Pero esas canciones que traen trazas de volver amarga la Navidad, conmigo no van a poder, antes que eso pase me aventaré unos riflazos de tequila. Y si al calor de esos tragos, nomás unos cuantos, pa entonar, antes que olvidarlos me acuerdo más de mis pesares los haré pelota y los aventaré al caño.
Cuando algunos invitados empiezan a bostezar, ya de plano fumigados o presas del aburrimiento, los anfitriones, los Cienfuegos Escamilla, rompen la pista poniéndose a bailar la conocidísima y pegajosa rola: Y yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas; me dejó una chiva, una burra flaca, ay, me dejó, me dejó...
Es Navidad, blanca Navidad, poniendo sus ojitos en las luces del arbolito, este mojado Gasparín dedica sus mejores pensamientos y recuerdos para su familia, olvidándose de la crisis económica, de la migra y de los tejocotazos que caen de la piñata, pero también de la violencia preocupante que se vive al sur de la frontera. Que al cabo ya anda medio entonado y les ha abierto el zaguán, para que se larguen, a los encimosos y abusivos problemas.
Llega Navidad y yo sin ti... Una lagrimota, pegajosa y salada se revuelve con el amargoso trago de cerveza que remoja la reseca boca y la garganta del mojado. De otros mojados, porque yo, superacionista cien por ciento, pienso en las una y mil cosas buenas que me han sucedido este año. Y para mí esta Navidad es la mejor de las navidades, y la siguiente será aún mejor, y así sucesivamente.
De modo que haciendo de tripas mis patitas saco a bailar a la Micaelita, que no está tan de mal ver y es una mojadita venida del mero Tapachula. Tápate el mondongo, chula.
Y véanla que es buena para el trompo; hasta unos giros emborrachadores nos ejecutamos, tipo chachachá. Y este Gasparín incluso ensaya unos pasitos a la Maicol Jackson. O se pone flamenco sacando el pecho y tronando los dedos como castañuelas. Así que los Cienfuegos, muertos de envidia, echan toda la carne al asador y bailan una cumbia del año del caldo, que ni siquiera Sara García o los Soler conocían.
Y luego un “aluzado” grita: Bueno ¿y qué les trajo el Niño Dios? ¿Les trajo siquiera jale? Porque si les trajo jale ¡les fueee muyyy bieeen!

LA MONTAÑA, EL SITIO PREDILECTO DE LOS DIOSES !

Las montañas son unas inmensas antenas
que ponen la tierra en comunicación con el cielo:
hacen de unión
entre la tierra y el cielo,
y por esto el agua que desciende de las altas montañas
está impregnada con los fluidos del cielo.

A través de sus cimas, las montañas
captan las fuerzas y las energías celestiales
que se manifiestan en forma de grandes torbellinos,
ondas poderosas y luminosas.

Debido a la presencia de estas corrientes de energía,
los espíritus de la naturaleza,
espíritus muy evolucionados,
visitan a menudo las cimas
de las montañas:
se bañan en estos efluvios
para reforzarse y regenerarse,
y luego se van para hacer su trabajo a través del mundo.

JUAN J. GASPAR G

jueves, 24 de diciembre de 2009

CANASTA DE ANECDOTAS Y RELATOS NAVIDEÑOS...¿ Y QUE FUE LO PRIMERO, EL PINO O EL ESTABLO ???

...Se cree que el llamado “árbol de Navidad” existía ya como tradición mucho antes del nacimiento de Cristo. En algunos pueblos, para celebrar el solsticio de invierno, se talaban ramas verdes en las noches heladas como medios de protección y magia, y también para la evocación del verano. En todas las culturas y religiones, el árbol eternamente verde fue considerado la morada de los dioses y, a la vez, un símbolo de la vida, la fertilidad y el crecimiento...

ANDALE JUANA NO TE DILATES !!!

...Todos estan impacientes, desde la anciana abuelita que esta ya cabeceando,hasta el reci´Wn nacido nene, que solo hacia glu, glu con tremendo biberon en su trompita...todos ansiosos y ya medio encabronados estaban en espera del enorme pastel que habia sido apartado una semana antes, pero que nunca llego...Ahi, en torno de la enorme mesa de tablas apolilladas, la Familia Astudillo de la Barca y Mora Prieto, compuesta por mas de sesenta alborotados y hambrientos comensales estaban degustando la suculenta Cena navideña, a la que obviamente no podian faltar dos que tres gorriones del barrio... Los niños, despues de haberse dado gallo quebrando piñatas y tragando dulces, empezaron a corear en divertido coro: Queremos pastel, pastel, pastel...queremos pastel, past... el susodicho pastel de cuatro leches con su jamas llegaria, pues la Juanita, la prietota mas chula del barrio, casi, casi, la ultima descendiente de los Astudillo de la Barca y Mora Prieto, no regreso aquella noche a la fiesta familiar de navidad... Desde esa tarde, al salir de la Casa Paterna, muy bien acompañada, se dirigio a conocido Motel de la localidad...Se habia fugado con su novio, el lagarton Maurilio...al caer las primeras sombras de esa noche, compartieron dulcemente sus efluvios amorosos, dejando en la blanca superficie de la cama, salpicada, con rojizas manchitas, la virginidad de la chica... Luego, sudorosos y felices, se acercaron al alfeizar de la ventana y desde ahi miraron, entre cohetones y hermosisimas luces la fulgurante estrella de Belem...ahi se juraron amor del bueno,sudorosos y contentos.... Una Navidad angustiosa para la familia, pero divinamente placentera para la Juana y el Maurilio...

FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS, EN LA VECINDAD DEL CHUECO ANGEL!!!

Estos dias son verdaderamente hermosos...sobre todo acordandome de aquella navidad de 1972... Todos en la casa estabamos felices, pues teniamos un nuevo hermanito, el Gera, el famoso nanito, apenas de mes y medio de nacido...Era tan, pero tan graciosito el nene, por decir que era bonito y curiosito, que las mismas vecinas lo chuleaban, diciendole a mi jefecita, Doña Rosa, habia de prestarlo a la Capilla de San Antonio, para vestirlo de niñito Jesus... Mi mamita se regodeaba, se sulfuraba con tantos elogios y cariñitos hacia la criatura... Bueno, pues el caso es que todos estabamos extremadamente contentos, dichosos y sumamente amorosos...Ahhh...una familia bien pobre, pero unida y feliz...

La vieja construcción marcada con el numero 318 de la Calle Miñón Oriente, pronto estaria bellamente adornada, con vistosos farolillos, caireles de luminoso aluminio y cordeles multicolores, adornando los trespeleques y emplagados arboles de la peque@a vecindad del chueco Angel...

La noche del 24 fue muy pero muy bonita... cada familia festejaba por separado, pero a la vez en comun... la del 1, Mery la mitotera, habia preparado unos riquisimos buñuelos, mi mamita se habia agenciado una ollota de pozole, con cachetes de puerco y un sabrosisimo tepache, en tanto que los del rincon, los del cuarto numero 3, tenian tamales y aguardiente, traido de Guaynamota, por los familiares de Fermin, el Corita, un Maestro indigena que seguido llenaba su casa de parientes y amigos...El Cora Fermin y sus primos le entraban duro al guateque aporreando un par de guitarras y cantando canciones de aqui y de alla, viejitas y de moda...Y, quiedo ve tus ojjjos quiedo velos yaaaa...cantaban en un español muy martajado la tribu de coritas, recien llegados a la Cd. capital...Nosotros, oiamos con picardia sus acentuadas pronunciaciones y arremedabamos cada una de sus autoctonas exclamaciones, despertando la ira de Doña Carmelita, la vieja neuras, suegra del tal Fermin quien decia, cuando de plano le colmabamos el plato...Bola de muchachos insensatos y pendejos...en balde la istrucción que les dan en la escuela...

Los chicos del barrio ya habiamos parado de jugar y sin acordarnos del lavado de manos, le entramos duro al bufette navideño... Mi padre ya medio borrachillo fue jaloneado por mi Jefa y nos metimos al cuartucho aquel, ya por la madrugada...

No se que paso en esas cuantas horas, pero entre sueños advertir la llegada no propiamente del barrigon Santaclos, sino de alguien mas, ademas del NIño-dios, por supuesto...muchisimas imagenes desfilaron por el subconsciente, deslizandose en sabrosos sueños...y de repente, ya en la mañana...Tatatatata...tatatatata...Unos fuertes sonidos de claxon automovilistico nos despertaron...
ya de por si habiamos brincado alborotados, al ver el monton de tamborcitos y cornetas de plastico, una pistola de triquis y una monota de ojos azules, lo mismo del año pasado, pero bueno, algo es algo...salimos corriendo, con una alegre premonición...Siii...Mi tio Chema, el de Colima, habia llegado !!!
Bajandose de aquel estorboso pero muy envidiado LTD, mi tio y dos de mis primos se acercaron a la casa...Cargaban unas cajas llenas de ropa y de juguetes...que alegria, Señoras y Señores...para unos niños pobres el mejor de los regalos...un Juguete en Navidad !!!

Diciembre de 1972, en la vieja vecindad del Chueco Angel, tal vez ha sido esa la mejor navidad con mi familia !!!


EL REGALO QUE TERMINO EN LA BASURA...

Ya comenzado Diciembre, por alla en 1981, en la Escuela Normal Urbana, los grupos de estudiantes celebraban sus primeras posadas, o pre-posadas... Pero la algarabia tambien llegaba a los circulos de poder estudiantiles...los imberbes ateos comunistas de la marcha Normalista Campesina, también celebrabamos el nacimiento, pero no de un Cristo cargador de pesadas cruces, sino un Cristo guerrillero...comenzaba el desborde de emociones y con el nació la idea de regalarle un lindo detalle a la chica que mas me gustaba, la Simpatica y cariñosa Magdalena...me fui al Centro de Tepic, y compre un arreglito musical muy hermoso y divertido...

Envuelto en papel y moños de ocasión ese bellísimo presente quedo guardado en el Locker de mi Secretaria de Prensa y Difusión Ideológica del Comité estudiantil... Algo mas que timidez me impidio entregar a la Nenita ese regalo, que ya muchos habian visto e intuían de que rollo se trataba...Mi corazon adolescente estaba siendo atormentado por el desprecio y la indulgencia de la Joven, quien unos días atras le confesara a mi mejor amigo, Max, la inconveniencia de tratar conmigo en el Futuro...

Mira, Gasparin, la Nena anda bien aguitada, porque dice que tu ya andas bien sobres, pero que ella la verdad no quiere nada mas contigo, solo compañerismo y amistad...Anda aguitada y hasta espantada, diriamos, porque se entero que tu tienes varios hermanos enfermos y ademas eres del Partido Comunista...

Puta madre !!! me dio tanto coraje y, la verdad que el peso de mis frustraciones me arrincono en esos dias en la última de las butacas del salon, resentido, rabioso y muy dolido...

El regalo siguio ahi nadando entre papeles, periódicos, pedazos de manta y latas de pintura... Afuera de la Escuela, mi tristeza aumentaba y tambien mi rabia...en la barda de enfrente, con pintura azul y negra, los porros de la Unidad Liberal Benito Juarez habian dejado su estupido mensaje decembrino:
"Que triste Navidad en los Paises Comunistas"... Ya iba saliendo de la escuela, pero de pronto me acorde de aquel bello presente, ese regalo que con tantas ilusiones compre,para ganarme, segun mi adolescente mentalidad, el cariño de la Magda... Regrese a las oficinas del Comite estudiantil, abri mi locker y lo mire por ultima vez... aun estaba ahi el atractivo paquete, revuelto entre papeles, latas de pintura, estenciles y trozos de manta...lo tome con mucha rabia y frustracion y encaminandome de nuevo a la salida lo arroje, sin vacilaciones, a un hediondo y oxidado tambo de basura...

LOS SANTOS PEREGRINOS EN LA FRONTERA

Desarrapados y desplumados pollos con velitas encendidas, en maltrecho pero numeroso contingente, cantan ante los guardias del muro fronterizo: “Een noombre del cieeelo, oos piido posaaada… puees no pueden andar, aaaar miis patitas mojaaaadas aaadas…”
Y así siguen clamando, sin que la migra les eche un lazo, pero sí acuchillantes miradas, como diciendo: atrévanse a poner un pie en nuestro territorio, bola de mugrosos, y los mandamos con su música a otra parte.
Y un mojado con su embarazada mujer pone ojitos de: “ándenle, mi nombre es José, Pepe, pa los cuates, y esta es mi esposa amada, mariquita linda, los dos mesmamente del merito Guaristemba, Nayarit, pa servir a ustedes…”
Y la migra, fieles seguidores de Herodes, fans de Pilatos, uña y mugre de los fariseos, los mulean, les tuercen la boca; ugh… cuernos (les hacen con los dedos)… Cuernos de Chivo…
Y entonces los mojados se marchan cantando: “Ya se va el mojado, muy entristecido, porque estos gringachos no le dieron nada…”
Y su lamento se pierde en los enrarecidos y muy mexicanos aires de la frontera, y se escuchan risas de Santo Clos, tronar de cuetitos y chisporroteos de lucecitas…
En tanto, en los Yunaites, los humildes peregrinos que sí han logrado a como dé lugar hacer que les den posada, atestiguan, y participan, del consumismo usual en toda época, incrementada, cundiendo aún más, como pandemia, en temporada navideña.
Compra usted algún periódico y casi la mitad de sus hojas son de publicidad, anunciando de todo, vinos, ropa, aparatos electrónicos, juguetes, calzoncillos y tangas coloradas, (para echar afuera la mala vibra)...
Las calles de Santee y San Pedro, en el distrito de la moda, o sea los famosos "callejones" de Los Angeles, se ven de pronto invadidas por enorme turba de paisanos. Miles de gentes hacen su arribo a estos barrios comerciales, en busca de alguna baratija. Lo malo, dicen los comerciantes, es que hay mucha gente y pocas ventas. Y qué querías, compadre, si la terrible recesión está dejando a nuestra pobre gente con el Jesús en la boca.
Y vuelven los peregrinos ante el muro fronterizo: “Een noombre de Obaaama, oos piido pasar, pues los dolariiitos, me traeeen sin dormir, iiir, iiir…”
Pero la migra no es tocada en su gélido corazón, ni por el Niño Dios, ni Santo Clos ni los Reyes Magos, ni San Patricio, ni nadie.
Y los peregrinos vuelven a marcharse, viendo la impiedad de tan crueles posaderos: “Ya se va el mojado muy entelerido, porque estos gringuitos nunca los pelaron…”
A ver hasta cuando los “primos” aprenden de posadas.
Durmiendo en la central camionera, José, al lado de su bolonguita esposa, sueña que los gringachos los reciben con fiestas y no sólo les dan posada sino también risueños y radiantes papeles de legalización express. “Pásenle, hermanos, no los reconocíamos… Entren santos peregrinos...” Pero en eso algo lo despierta, es el que hace el aseo, que intenta empujar con el trapeador las cáscaras de cacahuate que están en el piso, y que son las huellas de la merienda de la pareja celestial urgida de posada.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

A MI ESCUELA DE PALITOS.

Recuerdo aquella mañana,
al norte del libramiento
cuando iba a la primaria,
desvié mi vista hacia el cerro,
y note un gran movimiento
de personas que empujaban
un pesado cargamento

Llevaban picos y palas
todos estaban contentos,
poniendo cartones, tablas,
y hasta laminas de fierro,
amontonando mas cargas
al lado del pavimento.

Mi padre dijo a mi oído
con voz pausada y serena:
son maestros y esa gente
que esta junto a esa ladera
pues, son padres de familia
que van a hacer otra escuela;
ya tienen muchas semanas
trabajando con empeño,
pero les puede ir mejor
si presionan al gobierno,
porque es seguro que este'
autorizado un proyecto,
todo, todo esta aprobado...
allá con los arquitectos,
pero falta lo mas bueno,
pues, claro, no hay presupuesto.
Por eso es que últimamente
todos están apurados
haciendo duras faenas,
se ve que estan animados,se miran todos contentos
y es que ya les urge abrir
una secundaria nueva.
Comprendí casi al instante
lo que implicaba esa empresa,
nada nuevo para mi,
desde que estoy en la escuela

"BUDA JOHNNY", EL QUE A FUEGO MATA A FUEGO MUERE !!!

El “Buda Johnny” que fue convertido en tea humana por un cholo, en una calle de Los Angeles, curiosamente en su juventud fue un tipo muy alegre y sociable, pero parece que al ingresar a la marina norteamericana tuvo un contacto excesivo con las drogas, que lo llevaron a perder su equilibrio mental, su envidiable posición económica y social, así como su verdadero nombre y su familia.
En cambio, qué privilegio el del mojado, vivir libremente y contando con el cariño de los suyos, aun cuando su estatus migratorio no esté legalmente definido.

El “Buda Johnny”, en los últimos instantes de su vida, mientras danzaba y sucumbía al terror de las llamas, vería pasar las imágenes de aquellos vietnamitas que ardían con el napalm, esa substancia incendiaria que los gringos arrojaban desde sus helicópteros y caza-bombarderos.

El vagabundo con esa extraña danza, pasto de las locuras de un malviviente, reproducía los movimientos de aquellos combatientes de Vietnam atacados por la gran nación gringa.
Horrendo ballet de salamandras humanas, en distintas circunstancias, similar drama humano.
Así pienso mientras camino por esta ciudad encomendada a los ángeles, y las imágenes del hombre en llamas no abandonan mi mente. Tampoco se va de mi nariz el olor de su carne chamuscada y de sus ropas calcinadas. Sus células hirvieron en gasolina como se cocina una hórrida sopa.

Sus zapatos repletos de mugre, recipiendarios de una peste de los mil chamucos, aporreaban la acera como intentando encontrar botones en el concreto que apagaran la hornacina.
Sus brazos se abrían como un Cristo flamígero y convulso. Y los alaridos son algo que estrujaba a todos los que presenciaban el drama. Ni los animales salvajes emiten un estertor igual. Ni siquiera los apaches cercenando cabezas, o las víctimas al sentir el hacha.

Mi cabeza, inclinada a percibir una y mil situaciones de la naturaleza humana, se estaciona en el pensamiento de que este vagabundo quizá tuvo qué ver con alguna chamusquina de algún individuo, o quizá familia, en la guerra. Se habla de tantos atropellos del ejército.

Pienso que nada se da sin que hayas accionado la causa. A veces observamos sólo el efecto de un movimiento iniciado incluso en el pasado remoto.
El olor, la imagen, los gritos, no eran de este mundo. Fuimos transportados a un paraje donde acontece lo infrahumano. Pienso que no estábamos en Los Angeles. No. Eso no podía estar sucediendo en Los Angeles…

Cuando me vaya de este país quiero dejar aquí estas imágenes inquietantes. Que se queden en la patria que les da cobijo.
Y será mejor que terminé con esto, que cierre este capítulo y no le busque más mangas al incendiado chaleco. O terminaré loco. Y entonces sí, mojado y loco. ¡Para qué quieren!

domingo, 20 de diciembre de 2009

LOS MOJADOS, UNA CULTURA FOLK ???

Dice la canción: “¿Cuándo han sabido que un doctor o un ingeniero se haya ido de mojado para poder progresar, o que un cacique deje tierras y ganado, pa' cruzar el río Bravo, eso nunca lo verán...”
Pero yo acá en tierras del Tío Sam, tengo de amigos tres o cuatro maestros mexicanos, una abogada colombiana, una doctora ecuatoriana, dos empleados argentinos que viven como exiliados desde hace muchos años, y la lista continúa.

Claro, igual conozco gente pobre que salió de su comunidad sin conocer siquiera una letra de español.
Y supe de un nayarita, que luego fue alcalde de Xalisco. Se vino al norte para hacer dinero y poder pagar su campaña. A la postre resultaría triunfador de las elecciones.
Hay mojados de todos sabores y colores, formación, escolaridad, gustos, aficiones, motivaciones políticas e ideológicas, todos con el sueño de una vida mejor.
Los mojados no son exactamente una turba de campesinos gorrudos o enhuarachados con su morral al hombro, ni son todos ignorantes o pelafustanes sin ápice de educación o con una personalidad estilo Pito Pérez, el Chicote o el Chelelo. Somos gente de gustos algo lights, somos supremos, hemos desafiado el peligroso cerco policíaco que utiliza los más fieros mastines de la seguridad nacional gringa.
Y somos muy creativos. Vaya un ejemplo;
Don Matías nos alegró el camino; con una hojita de planta entre los labios, instrumental tan barato pero muy difícil de ejecutar, interpretaba el “Cielito lindo” de manera magistral. No se diga: “La barca de Guaymas”. De plano nos hizo chillar.

El Norris, el guía, chiflaba mejor que Pedro Infante, no sólo el Amorcito Corazón sino también la canción del Venado o el Baile del Perro. Se escuchaba superior a Wilfrido Vargas y Miky Laure juntos.
El Norris sí que sabe chiflar y andar en la procesión. Se aventó un “solo de jeta” como él decía, con el tema de amor de la película El Titanic. Y hasta el famoso “Dixieland” versión para mariachi a trompeta de carrillo inflado.

Somos gente excéntrica. El Chicastrón, alias que le sobrevino desde la niñez, personaje público, monaguillo en su pueblo de San Isidro, de maxilar protuberante y labios más abultados que Yony Laboriel (sin botox) o sea, algo trompudito, el amigo Chicastrón, Serapio, le llamaba yo por su nombre, él simplemente me pedía: profe, mejor llámeme el Chicastrón, tiene la extraña habilidad de hablar al derecho y al revés, así como cuando se te friega la cinta del cassete y la volteas, o como cuando se escucha la banda sonora de un disco, pero al revés. Si tú le preguntas como está, él te dice: neib, yum neib im ogima.

No sabe gran cosa de sintaxis o prosodia, pero se divierte traduciendo cuanta frase escucha a un lenguaje que parece árabe, mezclado con angoleño, huichol, arameo o chino mandarín.
Tal vez termine de intérprete en alguna embajada, traduciendo zulú al tibetano o sánscrito al papagayo. Volviendo políglotas a los pericos o enseñando marciano a las cacatúas y loros merolicos.

INDOCUMENTADO EN SU PROPIO PAÍS

Este mojado Gasparín también anduvo en las tierras del sur, en lo que se conoce como el corredor de la miseria, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. ¿Qué haciendo? La necesidad de unificar al magisterio en su lucha por democracia sindical y mejoras laborales, por un nuevo modelo de educación popular, científico y democrático.
Amén de las experiencias alcanzadas en la actividad sindical, en los intensos brigadeos de información, caminatas por las sierras del sur, de pronto me vi detenido por diminutos seres de la montaña que me marcaron el alto y dijeron: alto ahí, aquí ya no tenemos maestro, se fue desde hace muchos años y no nos mandaron otro. Es más, no lo necesitamos, nosotros tenemos nuestras propias escuelas y los hijos de indígena están preparados para organizar su propio sistema. Usted a lo mejor no es maestro y más bien es agente de gobierno, identifíquese.
Y que me busco entre las numerosas bolsas de mi ropa, mochila y hasta la funda de mi laptop y nada. ¡Chingado!, había dejado mis documentos en la posada donde estaba hospedado. Y mira, qué animal, sin papeles en un territorio de guerra, como quien dice un indocumentado, un mojado en su propia tierra, en la selva lacandona.
Pues ni modo, antes no me sacaron a patadas de la región. Los indígenas son muy nobles y aceptaron mi disculpa y argumentación. Pude hablar con Altagracia, la educadora de ese pequeño poblado zapatista, La Garrucha. Me dijo que ella se había sumado al zapatismo porque consideraba que su lucha era justa. Muchas gracias Altagracia, dije, pero le hice ver que la lucha de los maestros por transformar el sistema educativo en el país también era justa y la invitaba a participar.
Ella me miró con seriedad y luego dijo: a usted lo necesitan más allá en el centro y norte del país, donde la gente aún no sabe organizarse, ni luchar. (Y poca gracia le hallé a que prácticamente me estuviera corriendo. Me sentí como Tintán cuando es aleccionado por Vitola).
Luego de tomar los últimos sorbos de canela con un bolillo medio duro, (y echarme a la bolsa unas galletas de animalito, no sin dolor de mi corazón, porque a lo mejor los dejaba sin desayunar, pero la verdad es que en la extralarga caminata da hambre) me despedí de los chaparritos que montaban guardia en las afueras del poblado. Y tomando mi distancia, di media vuelta y paso redoblado, de regreso a San Cristobal de Las Casas, donde ya me esperaban unos compañeros para iniciar la reunión con los maestros de educación indígena.
Indocumentado, sin identificación en su propia tierra, pero al final de cuentas identificado con las luchas de su gente.
Lo cierto es que temí que una “migra” lacandona me levantara de cantarito y me mandara a freír espárragos lejos de su territorio. Y ni inventarles que soy compadre del subcomandante Marcos hubiera servido.
Entonces sí hubiera dicho como la India María: ni soy de aquí ni soy de allá. Chaparritos, no me desconozcan ustedes, lo que me hagan los gringos no me duele, pero que ustedes me desairen eso sí cala.