jueves, 24 de diciembre de 2009

LOS SANTOS PEREGRINOS EN LA FRONTERA

Desarrapados y desplumados pollos con velitas encendidas, en maltrecho pero numeroso contingente, cantan ante los guardias del muro fronterizo: “Een noombre del cieeelo, oos piido posaaada… puees no pueden andar, aaaar miis patitas mojaaaadas aaadas…”
Y así siguen clamando, sin que la migra les eche un lazo, pero sí acuchillantes miradas, como diciendo: atrévanse a poner un pie en nuestro territorio, bola de mugrosos, y los mandamos con su música a otra parte.
Y un mojado con su embarazada mujer pone ojitos de: “ándenle, mi nombre es José, Pepe, pa los cuates, y esta es mi esposa amada, mariquita linda, los dos mesmamente del merito Guaristemba, Nayarit, pa servir a ustedes…”
Y la migra, fieles seguidores de Herodes, fans de Pilatos, uña y mugre de los fariseos, los mulean, les tuercen la boca; ugh… cuernos (les hacen con los dedos)… Cuernos de Chivo…
Y entonces los mojados se marchan cantando: “Ya se va el mojado, muy entristecido, porque estos gringachos no le dieron nada…”
Y su lamento se pierde en los enrarecidos y muy mexicanos aires de la frontera, y se escuchan risas de Santo Clos, tronar de cuetitos y chisporroteos de lucecitas…
En tanto, en los Yunaites, los humildes peregrinos que sí han logrado a como dé lugar hacer que les den posada, atestiguan, y participan, del consumismo usual en toda época, incrementada, cundiendo aún más, como pandemia, en temporada navideña.
Compra usted algún periódico y casi la mitad de sus hojas son de publicidad, anunciando de todo, vinos, ropa, aparatos electrónicos, juguetes, calzoncillos y tangas coloradas, (para echar afuera la mala vibra)...
Las calles de Santee y San Pedro, en el distrito de la moda, o sea los famosos "callejones" de Los Angeles, se ven de pronto invadidas por enorme turba de paisanos. Miles de gentes hacen su arribo a estos barrios comerciales, en busca de alguna baratija. Lo malo, dicen los comerciantes, es que hay mucha gente y pocas ventas. Y qué querías, compadre, si la terrible recesión está dejando a nuestra pobre gente con el Jesús en la boca.
Y vuelven los peregrinos ante el muro fronterizo: “Een noombre de Obaaama, oos piido pasar, pues los dolariiitos, me traeeen sin dormir, iiir, iiir…”
Pero la migra no es tocada en su gélido corazón, ni por el Niño Dios, ni Santo Clos ni los Reyes Magos, ni San Patricio, ni nadie.
Y los peregrinos vuelven a marcharse, viendo la impiedad de tan crueles posaderos: “Ya se va el mojado muy entelerido, porque estos gringuitos nunca los pelaron…”
A ver hasta cuando los “primos” aprenden de posadas.
Durmiendo en la central camionera, José, al lado de su bolonguita esposa, sueña que los gringachos los reciben con fiestas y no sólo les dan posada sino también risueños y radiantes papeles de legalización express. “Pásenle, hermanos, no los reconocíamos… Entren santos peregrinos...” Pero en eso algo lo despierta, es el que hace el aseo, que intenta empujar con el trapeador las cáscaras de cacahuate que están en el piso, y que son las huellas de la merienda de la pareja celestial urgida de posada.

1 comentario:

  1. hOLA JUAN GASPAR, HOY VENGO CON MIS PROPIOS ROPAJES , A DEJARTE UN COMENTARIO, QUE ES ÉSTE.
    ESPERO QUE TENGAS TIEMPO DE PASAR POR AQUÍ Y ME RESPONDASS. HOY TRAIGO MI PROPIA TARJETA DE PRESENTACIÓN Y MI VESTIMENTA, PORQUE YA SABES QUE A VECES ME VISTO DE JUAN GASPAR, PARA AYUDARTE, Y LUEGO ME VOY A SALUDAR Y SE ME OLVIDA CAMBIAR DE PERSONALIDAD, JEJEJEJE, BYE, PASA LA BIEN,

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