sábado, 19 de diciembre de 2009

ALEGATO SOBRE LA NUEVA UNION TRINACIONAL

José de Jesús, Pepe Chuy pa los cuates, es un mojado ducho en temas internacionales. Con él platico bastante, permítanme decirlo pomposamente, de política exterior. (De algún modo tenemos que ingeniárnoslas para componerle el pandero a Calderitas).
Sólo que Pepe Chuy es un tipo demasiado fantasioso. Quien no lo conoce diría: ¿Pos éste de cuál fumó? Pero no. Sólo es que se pone delirante cuando toca los temas que lo apasionan. Entonces hasta la lengua se le traba, tartamudea, hace borucas, y dice cosas tan de prisa, como si se hubiera subido al tren bala y tenemos que correr tras él para seguirle el rollo.
Esta vez nos sale con que se está confeccionando la Unión EUCAMEX, que, a la usanza de la Unión Europea, está formada por varios países, a saber: Estados Unidos, Canadá y México. Y que pronto tendremos una moneda única para los tres; El Pavo. Sí, el Pavo. Como decir el Peso o el Dólar. El Pavo, seguramente en honor al animal emblemático y más querido de los EU. Total que según Pepe Chuy el Pavo rifará desplazando a las monedas actualmente en uso en dichos países. Y será mejor que el Euro, claro, o que el Yen o cualquier otro circulante.
—Sí —digo yo ante los cuates (todos con toalla porque somos mojados) los inmigrantes que venimos de suelo azteca somos una especie en pleno proceso de integración al bloque trinacional de Estados Unidos, México y Canadá. En especial el mojado. Los mexicanos somos un sector mayoritario entre la población inmigrante no sólo por la cercanía o vecindad con el gigante del norte.
y tal parece que los vientos del sur nos están empujando hacia el casquete polar del norte, como decía mi abuela, como contando los pasos en sentido contrario.
Es decir, si el hombre americano proviene de Asia, caminando por el estrecho de Bering, podemos advertir que los mexicanos llegaremos a Rusia o China, brincando alegremente por las Islas Aleutianas.
Yo tampoco fumo cosas raras, pero ¿sabían que en toda América y en el mundo dejó de hablarse abiertamente del T.L.C. desde Enero de 1994? Y es que los heroicos indígenas chiapanecos pusieron el dedo en la llaga, para mostrar al mundo los terribles estragos que la globalización está generando en los sectores más débiles de la sociedad…
Tengo que acortar mi discurso, o más bien el ansioso Chuy lo abrevia golpeando la mesita del comedor donde degustamos un café: ¡Es lo que yo digo! —exclama —me encanta eso de que los mexicanos andamos saltando de glaciar en glaciar hasta Alaska, ¡sí!, y llegaremos a otros continentes y seremos otra vez imperio!... Pero, amigos, volviendo a lo que les decía, más vale que se preparen porque en lo futuro no les pagarán sus horas en verdecitos dólares, sino en Pavos que tendrán un color grisecito, y ya no les diremos ojos de gringa sino ojos de guajolote. ¡Aija! ¡A mandar muchos pavos a Mexiquito lindo y querido, aunque no sea Día de Acción de Gracias…
Y así sigue esta tertulia descontrolada. Cada loco con su tema. Con decir que hasta hablamos del trenecito de La Loma de Tepic, que pronto funcionará con energía solar. Y se dejará de batallar por pagar combustible para moverlo. (Sea gasolina, diesel o leña).

viernes, 18 de diciembre de 2009

EL HOMBRE QUE ARDIO EN LOS ANGELES

Ver un hombre ardiendo es poco habitual y nada grato. Yo lo presencié sin poderlo creer; un indigente se quemaba vuelto tea humana en plena calle.
Se trataba de “Buda Jhonny”, un viejecito indigente, regordete, greñudo, barbón y de ojos azules. Todo ocurrió en la calle 3a., entre Berendo y New Hampshire, del populoso barrio latino-oriental de koreatown.
Apenas bajé del bus y me topé con esa escena irreal, gritos de alarma, escándalo histérico y el hombre en llamas (y no precisamente el que pintó Clemente Orozco) y un grupo de gente desesperada tratando de apagarlo a golpes de chamarras o lo que fuera.
Me acerqué atropelladamente en tanto echaba mano de mi mochila y sacaba el mandil de mi trabajo. Con él a manera de instrumento sofocador de incendios me sumé a la tarea de tragafuegos. No conseguimos apagar las llamas y para pasmo de todos, el individuo murió entre aullidos de dolor. Sólo hasta que estuvo en el suelo pudimos amainar el incendio, poco antes de que llegaran los bomberos. Al mismo tiempo llegaba la policía, que de inmediato se dio a la tarea de acordonar el área y apartar al mar de curiosos que se formó en torno.
Entonces me escurrí hasta ocupar el último lugar entre los mirones, no fuera a ser llevado a declarar y notificar, de paso, mi estatus de mojado.
Así que, de retirado, con entreabierta jeta y escurrimiento de glándulas salivales, estuve ahí un rato más.
Supe que la tea humana fue obra de un cholillo mariguano que al salir del "California's donas”, tropezó con el indigente y se le tiró el café. Enfurecido empezó a patear al anciano y no contento fue al auto, trepó y arrancó a toda velocidad, pero de pronto paró en seco, se bajó, bañó de gasolina al indigente y le prendió fuego, de modo que al arrancar de nuevo ya el hombre danzaba sobre la banqueta, convertido en antorcha humana. Nomás faltó que el pirómano se devolviera sólo para prender, con aquella lumbre, un cigarro, a tal grado de bestialismo y deshumanización, han llegado algunos sectores de esta sociedad).
La gigantesca urbe angelina se horrorizó con esta crueldad. El indigente se la pasaba tirado en la banqueta, pero no le hacía mal a nadie, como no fuera provocar nauseas con la rancia fetidez de sus humores, pues en verdad que apestaba a rayos.
Me retiré agobiado: Ah, este país dizque civilizado y con Premio Nobel de la Paz en la Casa Blanca.
Desde amas de casa, empleados, policías, hasta estudiantes y clérigos, son presa de la mano criminal, sin distinción. El crimen nos acecha desde las sombras.
Esa noche no pude dormir, miserables en llamas saltaban por todos lados y el Buda Johnny era una salamadra ejecutando horrenda danza con gritos de guerra en volutas de humo y cenizas.
Y en ratos, a la pesadilla se sumaba un cholo haciendo gestos de ira demencial.
Nunca imaginé venir desde Tepic a la Angelópolis y ver esto, pero así son las cosas.

jueves, 17 de diciembre de 2009

EL PEQUEÑO SEBASTIAN Y SU PRIMER CONTACTO CON LOS LIBROS...

Como todos los martes, las tardes empiezan a ser mas alegres y concurridas en la antigua plazuela de Tecuala, luego de que un grupo entusiasta de promotores culturales tuvo la idea de llevar el Programa de las Salas de lecturas, promovido a nivel nacional por el CONACULTA, acercando a la gente ese gran caudal bibliografico que tanto gusta a ni@os, adolescentes, jovenes y adultos de todas las edades.

Como todas las tardes, una de las bancas ya parece estar reservada para Blanca y su Mini-sala de Lectura...al filo de las seis de la tarde, se instala ese hermoso stand, con un limpio lienzo que se tiende desde el respaldo de la banca hasta rozar con el piso, en donde una bien formada hilerita de libros se aparece, con todo su atractivo de colores y portadas hermosas, a la vista del sorprendido desfile de relajados y furtivos paseantes...

Blanquita ha tenido especial cuidado de seleccionar el material, clasificandolo de acuerdo a los perfiles mas comunes ...niños travesurientos que solo quieren leer libros de historietas, muchachas que se sienten atraidas con la figura de un corazon atravezado por una flecha, y las enormes letras AMOR SIN COMPROMISO... Una parejita de flacuchos noviecillos, que mas bien parecen recien casados, timidamente preguntan por el Kamasutra... Y no podrian faltar las señoronas que luego preguntan por libros de cocina o manuales de tejidos y bordados; los adultos se sienten motivados por los libros de aventuras y negocios, en tanto que los ancianos buscan algunos titulos para practicar las gimnasias del alma, o de plano, darle una nueva vuelta al mundo en 80 minutos...De todo se vale, el chiste es acabar con el ocio, que tanto perturba las mentes y las hace entrar en el laberinto de las vanidades...
Es martes y de nuevo llegan esos vientos, cargados de salada humedad y de sueños, si, de sueños que se expresan en lustros de progreso y evolucion, de amor por la cultura y las artes...

Entre la diversificada turba de paseantes, se destacan Sebastian y sus dos hermanitos, tres, con el nene que se pasea adentro del rebozo, terciado a la espalda de su robusta y cariñosa progenitora...Sebastian viene seguido a esta bella Plazuela. Su familia, proveniente de San Pedro Ixcatan ahora vive en un pobre caserio localizado en las orillas del Poblado... Como todos los martes se aparece por ahi, saludando con timido mohin a Doña Blanca, quien con una mirada dulce y paciente los recibe, dandoles ademas dos regalos mejores: un abrazo y una mano extendida con pequeños libros de variados colores, figuras y letras...

Bueno, asi lo mira Sebastian, el pequeño Huichol que dejo atras el potrero lleno de vacas ajenas, para venirse con su mama, hermanitos y padrastro a esta ciudad, llena de carros y gentes... esta pequeña urbe, Tecuala, cada dia mas grande, moderna y civilizada...

Sebastian apenas va a entrar a la Escuela, pero gracias al programa de Salas de Lectura y a los esfuerzos de Blanca y sus amigos, el tuvo, por fin, su primer contacto con los libros...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

LAS HISTORIAS NEGRAS DE GASPARÍN

Fui criado en familia, aunque pobre, pacífica, amorosa y sencilla, remanso de paz, tal vez por eso no termino por adaptarme a Estados Unidos.
Con frecuencia añoro Tepic, mi queridísima capital de los baches, mi tejuinero y bicicletero rancho grande, donde la penal está super poblada con malandrines de toda clase, desde raterillos, que se vuelan los pistos del Wallmart, ladroncetes de barrio, golpeadores de mujeres, violines, matoncetes a sueldo, etc, generalmente flacuchos y chimuelos delincuentillos náyaros, pero acá en los yunaites hay horrendos crímenes que no sólo escandalizan, sino ponen al borde de un ataque de pánico a la paranoica sociedad norteamericana.
Crecí en un barrio de la colonia Menchaca, hasta cierto punto violento, pero nunca tuve acercamientos con criminales, ni supe de homicidios tan pavorosos como los que empecé a ver en los noticieros de la tele.
Ya desde niño, mi padre, asiduo lector de la revista "Jueves de Excelsior", nos comentaba a la familia, no sin cierta delicadeza, de los horripilantes crímenes cometidos en los EU: país que se presumía civilizado, con individuos como Charles Manson, el trístemente célebre "Hijo de Sam", ciegos seguidores y émulos del londinense "Jack, el destripador", el suicidio masivo de la secta daviniana en los años ochenta, las matanzas a campo abierto en universidades, restaurantes y hasta en un cuartel militar (Fort Hood, Texas, Nov. 2009), verdaderos actos de psicópatas, engendrados muchos de ellos en el seno de familias acaudaladas, pero disfuncionales.
Muchos actos criminales han sucedido, obviamente no de la magnitud del "9-11", el nain guan guan del 2001. Sucesos sangrientos de todo tipo, desde aquellos originados por violencia intrafamiliar, pleitos de trabajo, violencia pandilleril, etc, esos sí, para que lo anote la secretaria de Béjar Fonseca, esos sí son casos aislados, casos aislados señorita.
En los canales de televisión latinos (22, 34 y 62) abundan las noticias que son verdadera página, o pantalla, roja. Se ven entre agitados periodistas gabachos, orientales y negros, a nuestros enérgicos reporteros nahuatlacos, reportando en vivo dantescas escenas de sangre, sudor y muerte.
Y mientras así analizo, como orgulloso embajador nayarita en los Estados Unidos, (sólo que Obama no ha recibido mis cartas credenciales, puesto que soy pollo de plumas peinadas a codiciosos y voraces lengüetazos de coyotes y correteado por la migra), mientras así cavilo, en este restaurante donde trabajo, corto con rigor y nerviosismo los rábanos, ejotes y espinacas, rozando peligrosamente mi dedo índice acusador y de fuego. Con riesgo de que este pesado apéndice que tanto pone en tela de juicio al american way of life, sea rebanado al menos en sus callosidades. Los padrastros (cutícula) quedan temblando con el azote del cuchillo cebollero. Y sea por la cebolla o por mis episodios de mojado, limpio algunas lágrimas y con el mandil repliego el moqueo que se ha aflojado. Sí, son los cebollines que me hacen llorar. Y hasta el cilantro que está muy fuerte, muy fuerte.

RIOS DE INMIGRANTES QUE FORMAN MARES

Solos llegamos, en pequeños riachuelos,
a la gran manzana, al Goliat Manhattan,
solos llegamos y ahora somos océanos de gente.
Venimos de todos los rincones,
de sierras y costas,
desde Nevada y Long Beach,
el inclemente desierto texano,
la industrial Chicago y sus bulldozer y engendros
de la era metálica de tecnología soberbia,
habemos incluso del corazón de los tornados
o del cantarín Miami, tierra del tibio regocijo,
y de la fría Alaska y sus narices congeladas,
o del aborigen Hawai y sus sonrisas contoneadas de alohas.
Somos peregrinación azteca,
como se descuelgan en hilos fervientes
los fieles guadalupanos,
o las correrías franciscanas, o el tesón jesuita.
Simples riachuelos de todos los rincones
formando mares en la gran manzana.
Y los rascacielos de este New York ufano
nos miran con sorpresa.
Y Obama en Washington se la piensa,
se la piensa.
Llegamos impasibles
movidos por los vientos,
por nuestras hélices de dignidad y hambre.
Llegamos solos, en pequeños grupos,
y de pronto explotamos en gran fuerza,
nos unimos en enorme grito,
y se cimbra esta patria de patrones,
explotadores y vecinos,
saqueadores convivientes,
nuestros benefactores, aun mezquinos, aún movidos no por amor
sino por el calculador negocio, el afán de la ganancia.
Compañeros, no me llamen traidor porque digo benefactores,
como sea ellos nos han recibido
en medio de la necesidad que nos impulsó de nuestra tierra,
pero también tienen que reconocer nuestros derechos.
Nos necesitan y los necesitamos.
Es justa nuestra demanda de Reforma Migratoria.
Que se inunden con estos arroyuelos todas las avenidas,
desde garita de San Clemente
en la Costa Occidental, hasta la gran Manzana que todavía
huele a cenizas y hierros retorcidos,
ropa quemada que guarda un penetrante olor a muerte.
Hemos llegado solos, desbalagados
y perdidos por el monte
pero hoy llenamos los parques, los talleres, restaurantes,
donde la miseria se lava con dólares.
El pesar de dejar la patria y mendigar trabajo jamás se borra.
Parados frente al Capitolio y luego ante la Casa Blanca
millones de indocumentados como hojas de gigante higuera
organizados en enérgica demanda,
hace hurgar sus barbas al gigante.
Somos riachuelos que formamos océanos y nuestra fuerza es desmesurada.
Somos tsunami de mojados. El águila imperial otea desde su nido.

* POEMA ESCRITO, ANTE EL ADVENIMIENTO DE UNA INTENSA JORNADA DE MOVILIZACIONES EN LA LUCHA POR UNA REFORMA MIGRATORIA INTEGRAL...

lunes, 14 de diciembre de 2009

POR ALGO NO NOS QUIEREN, Y SIN EMBARGO NOS NECESITAN Compartir

Con la cara arañada por las ramas del cerro, brazos y piernas amoratados por los fregadazos en las pedregosas pendientes, y con el alma en un hilo, tensos los nervios y cansada la vista, llegamos a la ciudad, enorme mole de concreto, luces, sonidos ensordecedores y aire contaminado. Aunque trémula, febril, la ciudad nos recibe. Estallamos de júbilo, dando gracias a Dios por haber llegado con vida, a pesar de tanto sobresalto.
Describir la trayectoria física y los tropiezos emocionales es más fácil que relatar los senderos por los cuales transita nuestra mente, desde las profundidades del ser conducido sabiamente por un flujo divino de energía hasta estas coordenadas, sin que nosotros podamos explicarnos el porqué de lo exitoso de nuestra travesía.
¿Será que de verdad existe Dios con todo su séquito de fieles servidores? ¿Serán la causa y el efecto las únicas señales transversales del triunfo o la derrota?
He permanecido atento a los dictados de la mente y los apetitos de la carne, mas, ¿por qué estoy aquí?
Yo advierto que mi espíritu, silente, apacible, invulnerable, me contempla, como diciéndome: conóceme primero y luego llévame pa donde quieras.
Al llegar a este extraño suelo, miles de cosas debe uno afrontar además de la barrera lingüística y la adopción de normas de civilidad.
Comúnmente se nos pinta como gente muy sufrida, con calificativos de ciudadanos abnegados que emigran, hasta héroes, benefactores de nuestras comarcas o gente de verdad valiente.
Sin embargo, rara vez nos percatamos de las actitudes negativas, lanzando el grito en contra de la discriminación, abuso de patrones e injusticia de las leyes, pero sin mirar el dejo irresponsable en nuestro diario vivir.
Inundamos banquetas, comprando o vendiendo chuchulucos de todo tipo, como si anduviéramos en Tepito o en la calle Veracruz topando con Victoria.
Trepamos a las bancas como que si estuviéramos en un estadio, tiramos basura por todos lados, pisamos el césped, pintarrajeamos muros, pegamos infinidad de papeles en los postes anunciando toneladas de productos y servicios de manufactura casera o piratería.
Manejamos sin control ni educación vial, sin documentos ni seguro de auto, parqueándonos en lugares restringidos, dañamos instalaciones de escuelas, hospitales, oficinas, comercios y bibliotecas.
Las áreas latinas se caracterizan por el abandono material, deterioro físico-arquitectónico, contaminación del suelo y falta de aseo.
El gringo nos acepta como empleados y "conciudadanos", pero no como vecinos. Dicen que estamos recuperando el territorio que perdimos en el pasado, pero creo que si estos territorios pertenecieran a México estarían llenos de propaganda política y amenazados por la inseguridad.
Por algo no nos quieren. Y sin embargo, nos necesitan.

domingo, 13 de diciembre de 2009

UN MENUDO ANTES DEL SERMON DOMINICAL

Qué placentero es ir a misa, en domingo, pero antes de todo realizar un movimiento fundamental y estratégico; dirigirte a probar un delicioso menudo de res, primero desayunar que ser cristiano (no importa que el menudo no se lleve con el sabor de la hostia, que al cabo nunca comulgo).
Luego, acercarte a escuchar con atención, no digo devoción, las lecturas y sermones del padre Luciano, que de veras luce joven y sano en el bello y funcional templo de Nuestra Señora de Los Angeles, a un ladito de la placita Olvera, mexicanísimo lugar.
Menudean familias enteras en las esquinas y en las paradas del bus, muy bien vestidas. Los testigos de Jehová están por todas partes, empeñados, preocupadísimos por salvarnos. Te subes al autobús y no falta alguno de los 144 mil elegidos, que interrumpe tus escasos pensamientos saludables, para darte un "tratado", un panfletito en donde te preguntan a bocajarro: ¿a dónde desea irse al morir, al infierno o a la gloria? Ahhh chirrión ¿y por que tanta violencia? Capaz que para muchos ellos sean una muestra en vivo del infierno, con tanto asedio impertinente. Son como garrapatas santurronas.
Al bajarme del bus, en la calle 7a. y broadway, otro lecho marino con delfines y sirenas, cantando alabanzas, para invitarte a entrar a la mera, mera, "catedral de la fe" se trata de la mundialmente conocida "iglesia universal", que con el lema "pare de sufrir", ha ganado exagerada cantidad de adeptos y entre la feligresía están presentes algunos de la pujante y vigorosa legión de mojados y redimidos pollos. (Todo este comercio de la fe no difiere mucho de la menudería, con la salvedad de que allá me llenan la pancita y estos me atiborran la paciencia).
Por ambas aceras infinidad de gente, bien relujadita y con su Biblia bajo el brazo, hombres con turbante y mujeres completamente cubiertas de tela, que se dirigen a su centro de adoración.
Si caminas por las calles angelinas, verás infinidad de iglesias, centros de adoración, con gran diversidad de denominaciones, credos y prácticas religiosas. Ala, Jehová, Jahvé, Buda, Tao, Shiva, Krihsna, Jesucristo.
En este país también se dan el lujo de hacer a un lado los dogmas milenarios y le entran a los cultos chamánicos, "la luz del mundo", rosacruces, davinianos, y hasta los adoradores de la "santa muerte".
La enmienda número uno de la Constitución americana protege la libertad de credo y expresión, así que amparados en su letra, muchas agrupaciones de dudosa condición moral o ciudadana se han fletado en la apertura de iglesias e instituciones de corte religioso.
Muchas de ellas han sido acusadas de fraude y enfrentan duras demandas de orden federal, por delitos comprobados.
Yo me sigo arrimando a ver la imagen del Santo Niño de Atocha, el que me permitió volver a ver a mis hijas y a mi madre moribunda, así como la Santísima Sombra del Señor San Pedro, mi gran benefactor y potenciador de amor.