domingo, 13 de diciembre de 2009

UN MENUDO ANTES DEL SERMON DOMINICAL

Qué placentero es ir a misa, en domingo, pero antes de todo realizar un movimiento fundamental y estratégico; dirigirte a probar un delicioso menudo de res, primero desayunar que ser cristiano (no importa que el menudo no se lleve con el sabor de la hostia, que al cabo nunca comulgo).
Luego, acercarte a escuchar con atención, no digo devoción, las lecturas y sermones del padre Luciano, que de veras luce joven y sano en el bello y funcional templo de Nuestra Señora de Los Angeles, a un ladito de la placita Olvera, mexicanísimo lugar.
Menudean familias enteras en las esquinas y en las paradas del bus, muy bien vestidas. Los testigos de Jehová están por todas partes, empeñados, preocupadísimos por salvarnos. Te subes al autobús y no falta alguno de los 144 mil elegidos, que interrumpe tus escasos pensamientos saludables, para darte un "tratado", un panfletito en donde te preguntan a bocajarro: ¿a dónde desea irse al morir, al infierno o a la gloria? Ahhh chirrión ¿y por que tanta violencia? Capaz que para muchos ellos sean una muestra en vivo del infierno, con tanto asedio impertinente. Son como garrapatas santurronas.
Al bajarme del bus, en la calle 7a. y broadway, otro lecho marino con delfines y sirenas, cantando alabanzas, para invitarte a entrar a la mera, mera, "catedral de la fe" se trata de la mundialmente conocida "iglesia universal", que con el lema "pare de sufrir", ha ganado exagerada cantidad de adeptos y entre la feligresía están presentes algunos de la pujante y vigorosa legión de mojados y redimidos pollos. (Todo este comercio de la fe no difiere mucho de la menudería, con la salvedad de que allá me llenan la pancita y estos me atiborran la paciencia).
Por ambas aceras infinidad de gente, bien relujadita y con su Biblia bajo el brazo, hombres con turbante y mujeres completamente cubiertas de tela, que se dirigen a su centro de adoración.
Si caminas por las calles angelinas, verás infinidad de iglesias, centros de adoración, con gran diversidad de denominaciones, credos y prácticas religiosas. Ala, Jehová, Jahvé, Buda, Tao, Shiva, Krihsna, Jesucristo.
En este país también se dan el lujo de hacer a un lado los dogmas milenarios y le entran a los cultos chamánicos, "la luz del mundo", rosacruces, davinianos, y hasta los adoradores de la "santa muerte".
La enmienda número uno de la Constitución americana protege la libertad de credo y expresión, así que amparados en su letra, muchas agrupaciones de dudosa condición moral o ciudadana se han fletado en la apertura de iglesias e instituciones de corte religioso.
Muchas de ellas han sido acusadas de fraude y enfrentan duras demandas de orden federal, por delitos comprobados.
Yo me sigo arrimando a ver la imagen del Santo Niño de Atocha, el que me permitió volver a ver a mis hijas y a mi madre moribunda, así como la Santísima Sombra del Señor San Pedro, mi gran benefactor y potenciador de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario